El pasado sábado 17 de mayo se celebró la 4º edición del Reto Costa Vasca a nado, una iniciativa organizada por el grupo Ur Irekiak Galea. En esta ocasión, cada brazada se convirtió en un gesto de apoyo, visibilidad y esperanza para las personas afectadas por leucodistrofias. Este grupo de nadadores nació en 2008, formado por un grupo de amigos apasionados por la natación en aguas abiertas. Lo que comenzó como una afición por travesías cortas, de apenas 2.000 metros, fue evolucionando hacia retos de larga distancia, incluso algunos se han atrevido con travesías de 50 kilómetros o en aguas frías. Desde 2018,este grupo ha unido su esfuerzo a diferentes causas solidarias, decidiendo este año recaudar fondos y dar visibilidad a las leucodistrofias.El reto consistió en nadar 110 kilómetros sin parar, desde Donostia hasta Puerto Viejo de Algorta, recorriendo toda la Costa Vasca. Aunque estaba previsto comenzar el viernes 16, las condiciones meteorológicas obligaron a aplazar la salida el sábado a las 6:00 h de la mañana, partiendo desde Bermeo. Unos 35 nadadores del grupo Ur Irekiak Galea se turnaron a lo largo del recorrido acompañados en todo momento por embarcaciones de apoyo. No fue un reto fácil, se enfrentaron a corrientes en contra, cambios de temperatura y tramos complicados, pero nada detuvo su determinación.
Cada tramo superado fue una pequeña victoria, y cada ola, un símbolo de esfuerzo colectivo por mejorar la vida de muchas personas. Al llegar a la meta, la emoción era difícil de describir. Había cansancio, si, pero sobre todo orgullo y satisfacción. Todo el esfuerzo había merecido la pena.
Gracias a la colaboración de estos increíbles nadadores se logró recaudar 3.120 euros, que se destinarán a la investigación de las leucodistrofias y al apoyo directo de las familias afectadas. Es un paso más en una lucha que no se detiene.

Desde estas líneas, queremos dar un enorme GRACIAS a todos los que lo hicieron posible, y en especial a Borja, cuya entrega y compromiso está ayudando a que cada vez más personas conozcan lo que significa vivir con una leucodistrofia. Y, por supuesto gracias al equipo de Ur Irekiak Galea por demostrar que, cuando se nada con el corazón, no hay meta imposible.
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